SOBRE MI (About Me)

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Sevilla, Spain
Mi deseo es hacerte feliz, ser feliz y llegar a conocerme. I would like to make you happy, to be happy myself and to get to know my inner self

domingo, 28 de junio de 2009

CANCIÓN TONTA


Todo es perfecto en esa noche

que yo quiero recordar.

La luz de las farolas

es como la luna, ¡Da igual!.


Es un verano cierto

o una dulce primavera,

es algo que siempre tengo,

una melodía certera.


Cierta canción sonando

tras una ventana abierta,

que los árboles alertas

saben quien está cantando.


Es un verano cierto

o una dulce primavera,

es algo que siempre tengo,

una melodía certera.


Ven conmigo pasajero

de este animado viaje,

no paremos al destino...

que el miedo no sea el peaje.


Es un verano cierto

o una dulce primavera,

es algo que siempre tengo,

una melodía certera.


Y es que nunca he olvidado,

lo que siempre he sabido,

que por mucho que el tiempo corra...

lo aprendido no está perdido.


Es un verano cierto

o una dulce primavera,

es algo que siempre tengo,

una melodía certera.



domingo, 21 de junio de 2009

QUIEN ES LA LUNA???


LUNA EN LA CIMA, VINO A DEJARME ESTE PREMIO Y ESTE BELLO POEMA, DESDE SU BLOG: ENTRE LETRAS Y HADAS. GRACIAS

Soy... la nada en el vacío,
el yo que desflora fantasías,
la ola que salpica el horizonte,
un rostro entre la niebla
que vomita la tristeza.

Soy... verbo que busca entre las frases
un infinitivo con que pronunciarme,
dos gotas de sangre en las venas
batallando por existir.

Soy... miedo y cobardía,
la espera interminable
que persigue la nostalgia,
lágrimas en los adentros
que cerraron ya las puertas,
dejándome en mi ansiada soledad.

Soy... un nudo en la garganta,
el grito que nadie alcanza a escuchar,
la penúltima nota en la guitarra,
un reflejo empañado en el cristal
cubierto con una túnica de madera.

Soy... indigente en el desierto,
la ecuación por definir,
un escrito al viento
que se arriesgó a subsistir,
en un mundo de injusticia.

Soy... una mujer en sombras
que se viste de luz, amando en silencio,
apasionada de las cálidas noches de luna
como desierto que envejece sin una flor
y frágil como una hoja de papel.

Soy como la luna...
me gusta soñar despierta y volar
prendida de los alfileres de las estrellas.

domingo, 14 de junio de 2009

SIN PALABRAS


Hoy me siento radiante
y le pregunto a la luna
pues se que es mi amiga.

Hoy vivo la suerte
y sueño despierto,
hoy la vida me ayuda.

Hoy todas mis palabras,
mis grandes pensamientos,
mi alma... la ternura.

Hoy doy gracias
porque es inmenso y lo digo
¡Es grande mi fortuna!.

Y digo que cada vez
que el viento sopla,
mi sentimiento truena.

Y sé que cuando
no te veo,
la lluvia en mis ojos sueña

domingo, 7 de junio de 2009

PEQUEÑO CUENTO

No hace mucho tiempo, en una hermosa y gran ciudad vivía un delgado, alto y bien parecido anciano. Su vida había transcurrido sin muchos acontecimientos dignos de mencionar o al menos, esto es lo que él comentaba con frecuencia. Tenía la costumbre de estar todo el día sentado en su terraza, desde donde se podía contemplar unas hermosas vistas de la ciudad, incluso se intuían las bellas torres de la enorme catedral en lontananza. Sentado en su entrañable sillón de enea Adolfo, que era el nombre del anciano, podía controlar la ferviente actividad de casi toda la calle donde él vivía. Cada mañana desde su atalaya, comenzaba un rito que duraría todo el día, hasta que el sol se ocultara, hasta que aquel populoso barrio se retirase a descansar. Lo primero que hacía era saludar con gesto amable a Manuel, el cartero del barrio, “pobre hombre” pensaba nuestro enjuto anciano, “que triste se le ve, que soledad se le intuye en su rostro”, le adjudicaba el anciano a Manuel. Invariablemente cinco minutos más tarde, se escuchaba el estridente sonido de la persiana de la tienda de ultramarinos, cuando Paquito el tendero, la levantaba como cada mañana para abrir su negocio. Era la ocasión para que nuestro amigo se dijese a sí mismo, “vaya, ya está ahí ese, ¿que se habrá creído?, ¡no se porqué va con esos aires!, ¡tendría que pensar más en su...!”. Era evidente que Paquito, ese amable tendero, no era santo de devoción para Adolfo, ¿los motivos?... quién sabe, a menudo nos encerramos en posturas, que pasado el tiempo ni siquiera nosotros mismos recordamos el origen que los provocó, pero por desgracia las mantenemos inexplicablemente. Después de su habitual y saludable desayuno, era la hora exacta para contemplar, como cada mañana, a la portera del inmueble de enfrente llevar a Jorgito y Carmen Luna a la escuela. Jorgito de cinco años de edad y Carmen Luna de siete, eran los hijos de Loreto, la vecina del tercero izquierda. Una grave enfermedad renal mantenía postrada en la cama a Loreto, es por esto que Teresa la portera, llevaba a los pequeños al colegio, los recogía y les preparaba la comida. “Que ángel para estos niños” meditaba Adolfo a cerca de Teresa. “Pobre Loreto, en la cama con esa enfermedad y hay que ver como su marido la dejó por una chica más joven cuando la enfermedad le dio la cara, ¡canalla!”, cavilaba el ancianito Adolfo.

De esta manera transcurría el día para Adolfo, llevaba cuenta de todo lo que ocurría en su calle, era un archivo viviente de todo lo que sucedía en el barrio. Una mañana, que como de costumbre se encontraba en su terraza, le sucedió algo inaudito para él, cuando se disponía a saludar a Manuel el cartero como cada mañana, Manuel se adelanto al saludo del anciano y le sonrió con tal felicidad en su semblante, que podría haber derretido hasta los instintos más asesinos de un criminal. Adolfo se sintió perdido, no supo como reaccionar, no sabía que pensar... De repente y sin saber porqué se dirigió, contra toda costumbre, al interior de su piso. Al traspasar la puerta de la terraza y entrar en el salón, sintió una fría sensación no experimentada con anterioridad. “¿Donde estoy?, ¿Quién vivé en este apartamento, ¿Que significan esos cuadros que cuelgan de las paredes?,¿Quién soy...?



sábado, 6 de junio de 2009

NO DUDO


Cuando estoy contigo,

son los momentos que te digo.

Cuando estoy contigo,

encuentro sueños que ya no olvido.

Cuando estoy contigo,

renace en mí todo lo vivido.

Sólo cuando estoy contigo,

puedo reír, puedo cantar... abro mis sentidos.


Siempre cuando estoy contigo,

grito y salto por las aceras.

Cuando estoy contigo,

descubro momentos sin esperas.

Escucho, veo hablo y siento,

pero no dudo que el frío se ha ido.

Cuando estoy contigo, hasta quisiera estar contigo.