SOBRE MI (About Me)

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Mi deseo es hacerte feliz, ser feliz y llegar a conocerme. I would like to make you happy, to be happy myself and to get to know my inner self

lunes, 23 de febrero de 2009

SENSACIONES DE UN LUNES SANTO


Hacía ya más de seis años que no volvía a Sevilla para pasar la Semana Santa. Había estado planteándome hacerlo desde hacía mucho tiempo, pero el trabajo, la distancia y algunos otros asuntos no estaban de mi parte. Suponía que muchas cosas debían de haber cambiado, no en vano, todas las grandes ciudades se mueven a una velocidad inaudita.
Todo aquel que me conoce, sabe que no soy lo que en esta ciudad se conoce como “un capillita”, no obstante, soy defensor de cualquier manifestación popular arraigada por tradición o costumbre a un pueblo. Este es el caso de las procesiones de Semana Santa, en general en España, en particular en Andalucía y en concreto en este caso en Sevilla. El narrarles con detalle, lo que obviamente pueden disfrutar en primera persona, me parece innecesario e incoherente, debido a lo subjetivo del caso, evidentemente, me refiero a las procesiones de las diferentes hermandades. En realidad, lo que voy a contarles, es lo que yo he pasado a denominar, “Sensaciones de un Lunes Santo”.
Son aproximadamente las seis de la tarde,me encuentro solo en casa, mi madre ha decidido pasar la semana fuera de Sevilla, es la primera desde que mi padre nos dejó y ella prefiere no pasarla aquí. Una vez más me dirijo a la terraza para ver como está el tiempo, la mañana había amenazado con tormentas, pero parecía que la noche se iba a escapar sin la temida lluvia. Creo que es hora de prepararme para salir, he quedado con mi pareja a las siete y se me hace tarde. Estoy en el armario para elegir la chaqueta, de repente, a mis manos se me viene el cordón con la cruz arbórea, que como medalla insignia, portan los nazarenos de la hermandad de “Vera-Cruz”, no sabía que estaba aquí, creia que estaba con todas las demás recuerdos de mi padre. Este hecho no me hubiese llamado la atención en otro momento, pero hoy es Lunes Santo, dia en el que dicha hermandad realiza su estación de penitencia. Noto cierta sensación y con un gesto impulsivo, decido colgármela del cuello sin saber porque.
Después de un interesante paseo por las calles que me vieron crecer: Sol, Plaza de San Román, Espíritu Santo, Regina, ¡ Ay... Plaza de la Encarnación !. Y renovado por la mezcla de los característicos olores típicos de la fecha, claro está, azahar e incienso, nos dirigimos a tomar unas tapitas a uno de los muchos y muy característicos bares del centro, donde por otra parte hemos quedado con mi hijo. Ni que decir tiene, que unos buenos calamares fritos o ¿porqué no? Una tapita de ensaladilla rusa, “levanta las tapaeras del sentio”. Bien, ya es hora de ver alguna procesión y para ello, nos dirigimos a la cercana calle Orfila, donde podremos disfrutar del pasar de tres cofradías: Santa Marta, Vera-Cruz y Las Penas, utilizando el nomenclátor sevillano para nombrarlas. Hasta este momento, no había sido consciente del triangulo Vera-Cruz, calle Orfila y la figura de mi padre, que tanto me unía con mi infancia. De repente, la cruz de guia de la Vera-Cruz, vuelvo a tener esa extraña sensación y de nuevo con otro gesto impulsivo, sujeto la cruz que sin saber porque me había colgado del cuello esa misma tarde. De repente todo cambia, retrocedo cuarenta años en el tiempo, estoy cogido de la mano de mi hermano Joaquin, uno de mis hermanos mayores, ese con el que viví todas mis primeras aventuras, ese que con el que, como cada Lunes Santo, nos dirigíamos a la calle Orfila, para esperar a nuestro padre. Mi padre era penitente de dicha hermandad y por algún motivo que se me escapa, había que llevarle a la recogida de la procesión un macuto con sus ropas, cosa que cada año mi hermano y yo hacíamos. De nuevo venía mi padre con esa cruz cargada al hombro, queriendo purgar unos pecados, que no sé en que momento habría podido cometer una persona como él. De nuevo esa mirada de dos niños de nueve y once años, mirada pura y sincera, mirada de dolor por el sufrimiento de un padre. “Papá ¿porqué?, ¿qué daño has hecho tú?, ¿qué pecado has cometido, que tus descalzos pies hiriéndose están?. Sin dejar de agarrar la cruz de mi cuello, vuelvo a la realidad, la música de capilla me trae de nuevo a este momento. Frente a mí, el paso de cristo de Vera-Cruz. Mirando la imagen del cristo “pequeño y diferente”. Ahora se quien eres, le digo, escucha, ese que tantos años fue detrás tuya con una cruz como penitente, ese que cada año mi hermano y yo esperábamos aquí en este exacto punto, ese que se preocupaba por sus hermanos siendo hijo único, ese, se encargó de enseñarnos a sentir a creer y a esperar, pero sobre todo a amar.
Tras disfrutar de mi pasado y con una inmensa sensación de paz, miro a mi “presente” le sonrío y su complicidad se refleja en su rostro. Mi futuro me hace un guiño sonriendo, gesto que le caracteriza y tras cogerles de las manos les digo: No hay nada como “Las sensaciones de un Lunes Santo”.

CARNAVAL

Admiro a quien sin usar violencia, critica y arremete abiertamente contra lo falsamente establecido. Y esto además lo suele hacer con una suavidad generosa y salero, mucho salero.

Obviamente me estoy refiriendo a los carnavales, durante los cuales, la gente de a pie, la gente sencilla y anónima, toma protagonismo y comparte con sus comunes lo que sienten, lo que está dentro de su ser, se quita la máscara dicho de otra manera. Que paradoja ¿ no ?. Pues si, aquí en Anda lucía carnaval significa "fuera mascara", difiriendo de otros puntos geográficos, donde ésta, va unida indefectiblemente a dicha fiesta.

Adoro a las personas que nunca la usan y expresan lo que sienten con sentimiento, con equilibrio, suavemente... SIN VIOLENCIA